Abraham Capadose, «¡Espero tu salvación, oh Señor!» (1795-1874)

Abraham CapadoseSiendo un niño de nueve años, él decía fielmente sus oraciones diarias, que siempre encerraba con las palabras: ‘¡Espero Tu salvación, oh Señor!’

Educación secular

Por causa de la llamada ‘igualdad de clase media’, en 1796, los Judíos en Holanda recibieron igualdad de derechos.
La condición social de muchos Judíos mejoró considerablemente. Muchos asimilaron que ahora tenían los mismos derechos civiles que cualquier otro ciudadano. En una familia así de emancipada nació Abraham Capadose, el 22 de agosto de 1795. Ambos padres pertenecían a prominentes familias Judío-Portuguesas. El padre, Isaac, era un comerciante de vinos en Amsterdam, para quien el status social era más importante que sus deberes religiosos.
El joven Abraham fue criado en una forma ‘secular’. Estudió los grandes escritores de su época, y tenía amigos ‘Cristianos’, para quienes el cristianismo era una mera manifestación exterior.

Estudio de las Escrituras

Sin embargo, había un amigo (y primo) con el que podría tener profundas conversaciones: Isaac da Costa. Especialmente durante sus estudios de medicina en Leiden, su interés por la religión se hizo más fuerte. Algo de su fe juvenil en el Todopoderoso regresó. Los puntos de vista de Abraham e Isaac sobre muchos temas eran muy similares. Ellos no podían soportar el Judaísmo moderno. Escogieron tomar decisiones radicales bien fundamentadas. Por lo tanto, estudiaron la Biblia juntos.
En medio de la presión de su trabajo médico y científico, Capadose era regularmente superado por dudas y pensamientos depresivos. Precisamente entonces, su amigo da Costa le leyó una carta del poeta Bilderdijk. Ambos seguían sus clases de historia. La carta concluía con las palabras: «Amigo, sé cristiano y muere contento». Desde ese día, los dos amigos comenzaron con atención a examinar la Palabra de Dios. Ellos pasaron meses en esto, casi a diario. También los Evangelios fueron parte del estudio. Al leer Isaías 53, le llamó la atención la semejanza con Cristo. ¿Cuántas veces había leído este capítulo? Ahora no podía negarlo: ¡Jesús es el Mesías prometido!

Salvación recibida

Ni Capadose ni da Costa dijeron a nadie acerca de su «descubrimiento». Ellos se confinaron por completo a estudiar las Escrituras. Todos los otros libros fueron dejados de lado, con excepción de ‘Defensa de la Fe Cristiana’ del ex rabino alemán Heydeck. Cada vez se convencía más y más de que la verdad sólo se podía encontrar en Jesucristo. En Él, Abraham encontró su vida, las respuestas a sus preguntas; sí, la Verdad misma.
Cuando el cambio fue conocido por su familia, ellos se mostraron al principio amables con él, en la esperanza de que estas nuevas nociones podrían desaparecer. Pero pronto recurrieron a un trato duro. Esto obligó a Abraham aún más a una confesión pública de su fe. El 20 de octubre 1822, Abraham fue bautizado en la Iglesia Reformada Holandesa de Leiden.

Abraham Capadose había recibido la salvación de Dios.