Wainer, ¿por qué habría yo de creer en el Dios de los Gentiles? (1952-2013)

Wainer IosiphovichNací en una familia Judía tradicional. Aunque mis padres eran ateos, celebrábamos en nuestra familia las fiestas Judías como Rosh Hashaná, Janucá, Purim y Pésaj; todo ello acompañado de los platos tradicionales correspondientes. Para mí, la más esperada de las fiestas era Janucá, porque entonces recibiría el dinero de Janucá. El significado espiritual de las fiestas me pasó completamente desapercibido. Recuerdo a mi abuelo con su talit (manto de oración) y su siddur (libro de oración) en la mano. Él oraba regularmente. También, de vez en cuando, un minyán (grupo de diez hombres Judíos) se reunía en la casa de mi tío. Todo esto ocurría en secreto, porque ese tipo de reunión estaba prohibida en aquel tiempo. A pesar de toda aquella diligencia religiosa, había muy poco conocimiento real de Dios.

¿Existe Dios?

Recién cuando estaba en el servicio militar empecé a pensar en la existencia de Dios. Un hombre Judío de Krasnodar en Rusia era mi amigo. A menudo hablábamos sobre temas como ‘creación o evolución’, pero a la pregunta más importante: si Dios existe o no, no podíamos encontrar una respuesta satisfactoria. Cuando dejé el ejército, tomé una suscripción a la revista «Ciencia y religión». Esperaba encontrar allí las respuestas a mis preguntas. En ese tiempo era imposible comprar una Biblia. Para poder satisfacer mi deseo de llegar a conocer a Dios, tendría que utilizar otras fuentes.

Jesús es Judío

Después de algún tiempo me casé y me mudé a Kiev, donde encontré trabajo como instalador de equipos láser. En esa empresa, el Señor me puso en contacto con un hermano Bautista. Él empezó a hablarme del Señor Jesús como el Camino de la salvación. Yo no entendía nada. ¿Por qué siendo Judío tendría que creer en el Dios de los Gentiles? Pero eso cambió cuando descubrí en la Palabra de Dios (para ese entonces ya tenía una Biblia) que el Señor Jesús, al igual que los apóstoles, es Judío. Lento pero seguro, los Evangelios y las cartas comenzaron a hablar más claramente a mi corazón Judío, hasta que llegó el momento en que estaba convencido de que el perdón de pecados y la vida eterna sólo podía ser recibida a través de creer en el Señor Jesús como mi Salvador personal.

Amenazado

En 1986 mi esposa y yo empezamos a asistir a la Iglesia Bautista. Esta iglesia no estaba registrada en ese momento, así que teníamos que tener nuestras reuniones en los bosques. Eso no nos impidió de alabar al Señor. Aún así no fue fácil. En mi trabajo fui advertido y hasta amenazado por ser Cristiano, pero no me dejé intimidar. «Si el Señor lo prohíbe, nadie podrá hacerme daño a mí», le dije a mi jefe. Más tarde fuimos acusados de ser agentes de la CIA. Esto fue durante el período Andropov-Chernenko, una época en la que se incrementó la persecución a los Cristianos. No esperaba ningún apoyo de mis padres, y también en mi trabajo creció la resistencia contra mi creencia. Me amenazaron con despedirme si no renunciaba a ‘mi hobby’, como lo llamaban. Yo no era sólo Cristiano, sino también Judío, y debido a eso experimenté doble oposición. Sin embargo, no pasó nada, ni siquiera cuando fui bautizado en 1988 y me convertí en miembro de la Iglesia Bautista.

Crecimiento del movimiento Mesiánico en Ucrania

Yo no sólo estaba lleno del deseo de compartir la Palabra de Dios con mis hermanos en la carne, sino que también estaba convencido de que Dios me había llamado para eso. En 1990 no había ninguna congregación Mesiánica en Ucrania ni en el resto de la antigua URSS. Pero la obra de Dios entre la comunidad Judía continuó, con el resultado de que para el final de 1992, dos congregaciones Mesiánicas fueron establecidas en Kiev.
Wainer llegó a ser el fundador de una de las primeras congregaciones Mesiánicas en la ex URSS, después de su disolución en 1991. Con el tiempo, el número de congregaciones Mesiánicas en Ucrania se ha ampliado más y más.